lunes, 10 de octubre de 2011

RESEÑA


EL VENDEDOR MÁS GRANDE DEL MUNDO.


Og Mandino (1923 1996), nación en Natick,  Massachusetts, ensayista y psicólogo estadounidense, considerado como uno de los mayores especialistas mundiales  en la escritura de libros de autoayuda. Es considerado  un hombre  que no solo practico lo que predicaba, sino  que también inspiro a millones de personas para que siguieran su ejemplo de éxito y de una vida fructífera.  El vendedor  más grande del mundo es considerado uno de los mejores libros. Mandino nos habla sobre un comerciante que regalo a uno de sus vendedores la sabiduría en 10 pergaminos para ser el mejor vendedor. Además, nos dice que para saber a quien entregarle los diez pergaminos, esta persona  debe llegar a acompañado por una señal divina y debe tener cualidades únicas. La intensión del autor es mostrar que todos los hombres sobre la faz de la tierra tenemos un vendedor por dentro que nos hace merecer cosas grandiosas en la vida.

Mandino dice que la persona que recibirá  estos pergaminos debe venir acompañada de una señal divina. Creo  que esta idea  se refiere a que todo ser humano  está definido espiritualmente y que aquel que vende cosas de manera honesta  lo hace porque  le nace y  se siente feliz haciendo esta actividad. Un ejemplo a esto es cuando el autor muestra que:”Pathros,   deja que Hafid venda las mantas que el comercia y que el  por voluntad regala  una manta a un niño  que había nacido en una cueva”. Considero que  lo que es para uno siempre estará ahí, solo depende nosotros buscar el camino que  nos llevara a encontrar lo  que el dios supremo  ha  elegido para nuestras vidas. Sin embargo debemos ser consientes de nuestra actitud hacia las cosas que queremos conseguir, lo ideal es proyectarnos unas metas que vallan  en relación con lo que queremos, para que logremos conseguir los objetivos propuestos.

El autor dice,  que la persona elegida debe traer consigo unas cualidades únicas. Pienso que todos los seres humanos tenemos características distintas que nos diferencian de la raza, cultura y religión, y que cada una se relaciona con la otra. Por ejemplo miremos a los  católicos siempre tienen por delante a un dios supremo que es el que ayuda a que las cosas se  den. Es decir  las coas que hacemos de buena manera y con sentimiento traerán los mejores frutos, pero sino  los frutos serán  desastrosos. Es aquí cuando vemos que el vendedor que  Mandino nos presenta, realiza una obra de solidaridad con el niño y se ve que esa acción se le devuelve de manera gratificante, porque a él es entregado los diez pergaminos por cumplir la voluntad  de los dioses. 

La obra de Mandino   nos muestra que un amo tenía un emporio comercial, y  que dio a uno de sus vendedores la confianza para que este se  desenvolviera  en esta actividad. Al tener las ganas, la necesidad y  las cualidades para  hacerlo, fue iluminado  por un dios supremo que hizo que su amo le  entregara diez pergaminos para que fuera el mejor vendedor del mundo.  Creo que el autor combina un poco la realidad con la religión, el habito que la gente tiene para desenvolverse como  vendedor pero dependiendo de un dios que es el que lo acompaña a todos lados. Sin embargo creo que las cosas un mismo las atrae, y solo depende de lo claro que uno debe ser para conseguir  lo que quiere para su vida.  Con referencia  a este texto, existe un autor que trabaja el tema, de manera que abarca  la problemática de las ventas “CESAR RODRIGUEZ GARAVITO”

lunes, 3 de octubre de 2011

CUENTAS Y CUENTOS SOBRE VENDEDORES AMBULANTES.

César Rodríguez Garavito es un sociólogo y jurista colombiano vinculado con la Universidad de Los Andes (Bogotá) y la Universidad de Wisconsin-Madison (EU). Es miembro fundador del Centro de Estudios de Derecho, Justicia y Sociedad. Participa en debates públicos a través de su página web, columnas de opinión y un blog periódico en la revista Semana.com (Domingo 31/ 2004). Rodríguez describe la problemática que viven los vendedores ambulantes, quienes se han vuelto un dolor de cabeza para las autoridades de las grandes ciudades. Además, informa sobre la raíz del problema que va relacionada con el desempleo, y  abarca la doble moral de quienes rasgan las  ventas ambulantes por el espacio público. la intensión del autor es darnos a conocer  que no es culpa solamente de los vendedores sino que también es del  estado y de los empresarios.

Rodríguez nos dice que la raíz fundamental de las ventas ambulantes es el desempleo. Considero que es importante saber que Colombia no ha hecho un reforma que contribuya al mejoramiento laboral de las personas, donde ellas puedan poner su granito de arena para mejorar la economía del país.  También  Rodríguez afirma “que no hay sociedad que aguante semejantes niveles de desempleo y subempleo sin la válvula de escape del rebusque” (tercer párrafo). Pero como escapar, si los mismos empleados creen que es mejor trabajar independiente por que no tienen que cumplir horarios y tampoco tienen jefes  que los este acosando  para que laboren, más fácil resultaría formar un negocio que le deje ventas directas a uno mismo. Además, hay que decir que esto va relacionado  las diferentes cultura  de las ciudades, donde no todas las personas quisieran laborar de esta manera, otro preferirían estudiar y aspirar a cargos altos para alcanzar un buen empleo que les facilite una buena calidad de vida. No obstante  todos no pueden  asumir el rol de estudiar para ser mejores porque la mala distribución de los recursos está llegando solo a zonas donde se roban los dineros para otros usos.  
Las ventas ambulantes son un fenómeno social que  nos afecta a todos y debemos contribuir a minimizar esto, porque cada día están creciendo más las ventas ambulantes en cada ciudad del país, creo que una solución para mejorar este problema es tratar de organizarlos e implementarles normas que deben cumplir y por parte del gobierno asegurarle el derecho a un trabajo digno para el sustento de sus familias.

Rodríguez cree que se presenta una doble moral por parte de los empresarios, quienes juzgan  a los vendedores ambulantes. Creo que estos altos ejecutivos no han pensado  que por ellos es que  se venden sus productos. “Un ejemplo son las empresas de telecomunicaciones, Comcel, Tigo, Movistar, entre otras” (decimo párrafo). Últimamente hemos visto que en cada esquina que se vea hay  venta de minutos a cualquier operador,  venta de CD’S, películas entre otros. Es aquí la doble moral con que las empresas y no solo ellas ven a las ventas ambulantes como el ente desleal del comercio nacional, y toman provecho para acusarlos con el gobierno y hacerlos quedar mal. Sin embargo, Rodríguez cree que la recomendación del economista peruano, Hernando de Soto es obvia: “si se desregula la economía y disminuye el tamaño del Estado, la informalidad disminuye y la economía crece” (doceavo párrafo). Este problema de ventas informales no es un problema que se hable de exterminar ratas, simplemente, el estado debe mejorar las leyes para los empresarios, para que estos puedan brindar más opciones de empleo a sectores discriminados donde es que se ve en realidad la pobreza,  de ahí  provienen los vendedores que ambulan de un lado a otro con ganas de conseguir su sustento diario para colaborar en su casa y sus familias.
Por lo tanto,  lo que piensa Rodríguez es importante, puesto que abarca una realidad que se vive en cualquier parte del mundo donde los gobiernos no han podido mejorar las oportunidades de trabajo,  olvidados de su pueblo  quienes son los que con sus gastos aumenta economía del país.

Anteriormente, hablamos  que la raíz del comercio ambulante se debe al desempleo que vive el estado colombiano y que la doble moral que tienen los empresarios con los vendedores, debido a que no ven que son ellos quienes distribuyen sus mercancías sin ningún beneficio que se les otorgué. Rodríguez nos plantea una de las claras ideas que se deben tomar en cuenta antes de juzgar a los vendedores ambulantes, son la necesidad y la falta de compromiso por parte del estado y los empresarios, porque  son estos los que se  encargan de ofrecer al público los distintas mercancías, sin recibir a cambio algo por parte de las empresas.
El estado siempre habla de las ventas informales, pero no se compromete a mejorar  o disminuir a estas personas que cada día están creciendo más. Además no razona con las empresas quienes deben comprometerse para que den más opciones de trabajo a la sociedad y así contribuir a mejorar la economía y la calidad de vida de las personas más necesitadas.